
MACHUAYCHAS Y CHIÑIPILCOS
Los relatos, sobre todo orales, dan cuenta de una antigua
beligerancia en tierras altiplánicas, protagonizada por dos grupos que se
disputaban el dominio de las tierras.
Algunos historiadores han anotado que incluso dejaron
muertos en los enfrentamientos, pero hoy la historia es diferente, la rivalidad
solo es a nivel simbólico, pues tanto Machuaychas como Chiñipilcos han
comprendido que les une una sola cultura.
Según la tradición oral, la expresión artística surgió para celebrar el triunfo de los collas sobre los lupacas, y quedó como parte de la fiesta agrícola del Huchuy poqoy o pequeña cosecha en enero.
La costumbre local ha atribuido a esta danza una connotación
guerrera y de carácter viril, acorde con el tiempo del carnaval, tiempo de
cortejo amoroso y formación de parejas.
MACHUAYCHAS
El conjunto de Machuaychas o “carnes viejas” viste de
elegantes trajes color azul desde el sombrero hasta las chalinas. Ellos se concentran
en el parque José Carlos Mariátegui, ubicado entre los jirones Huancané y 8 de
Noviembre, para iniciar su pasacalle por las principales arterias de la ciudad
hasta llegar a la Plaza de Armas.
Los Machuaychas se trasladan hasta el cerro Huaynarroque
para iniciar la recepción de ofrendas para realizar el pago a la tierra,
pidiendo buenos deseos para el año. Durante la tarde los danzarines
descendien hasta la explanada del cerro del mismo nombre, para iniciar con la
Kashwa de San Sebastián.
CHIÑIPILCOS

TRADICIÓN
Los Machuaychas en el cerro Huaynarroque y los Chiñipilcos
en el cerro Santa Cruz (uno al lado de otro) se apoderan de la fiesta
juliaqueña para realizar el Carnaval Chico o la celebración de la Qhaswa de San
Sebastián que se realiza cada 20 de enero.
Una vez concentrados, los músicos y danzarines se inclinan
ante la Pachamama (Madre Tierra) para pedir permiso para su celebración, tras
el rito empieza la música y con ello el baile tradicional.
En el caso de los Machuaychas, en sus trajes prima el color azul,
es la característica principal que los diferencia de los Chiñipilcos, quienes
más bien prefieren el verde como color de tradición.
Los varones danzan interpretando también sus toqoros y
pinquillos, instrumentos de viento que soplan para sacar la clásica melodía
tipo marcha guerrera.
La danza Qashwa de la fiesta de San Sebastián fue declarada
Patrimonio Cultural de la Nación por el Ministerio de Cultura en el año 2011.
La Resolución Viceministerial 692-2011 publicada en el
boletín de Normas Legales del Diario Oficial El Peruano señala que la danza
refleja la “rica y compleja historia de Puno, a través de su tradición oral,
música, organización festiva y coreografía, por lo que se constituye en una
“fuente de identidad” para la colectividad de la ciudad de Juliaca.
El TOQORO
Es un instrumento musical nativo hecha en bambú
grueso. Se caracteriza por su gigantesco, forma tubular, decoración policroma y
pentafonía grave. El toqoro es un elemento artístico propio del carnaval
juliaqueño y del qashwa de San Sebastian .
Se la puede observar, en su real esplendor, el 20 de enero
de cada año en las explanadas del los cerros Santa Cruz y Waynarroque en los
tradicionales inicios de los carnavales: Desde el año 2004 renace su espectacularidad
en la madruga del día jubilar de juliaca, en la gran toqoreada
"amanecer calcetero"


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